Argentina Pueblo a Pueblo (Clarin.com)
La cancha de fútbol más peligrosa de la Argentina
Por José
Antonio Gutiérrez
jagutierrez02@yahoo.com.ar
La
siguiente historia se desarrolla en la famosa localidad turística de
Iruya, en la provincia de Salta, al norte de nuestro país, donde el mapa
muestra una V en su límite con Bolivia...
Alguna veces, como lo hacen las abuelas para que los niños duerman, mis
tías o mi madre me contaban acerca de sus actividades como docentes en
estos lugares allá por la década del veinte. Este relato empieza
en el año 1922, cuando las hermanas Barrionuevo Quintana, María
Luisa y Elvira, fueron designadas Directora y Maestra de la escuela de San Isidro
de Iruya.
Allá viajaron sin tener idea adonde iban. Partieron de la estación
del ex Ferrocarril General Belgrano, desde Salta hasta la ciudad de Jujuy; continuando
siempre en tren hasta la estación Negra Muerta (hoy Iturbe), pasando
por pueblos que en aquella época nadie los había nombrado como
Maimará, Tilcara, Humahuaca.
Creo que si esta línea de trenes no se reactiva, estos lugares quedarán
en el recuerdo de las maestras. Actualmente sólo hay restos de rieles
y cables con postes vencidos que solían sostener la red del telégrafo.
Cuando terminaban el recorrido en tren, continuaban por varias horas a lomo
de mula hasta llegar a la escuelita por senderos en la alta montaña y
al borde de precipicios.
En 1923 renunció Elvira y en su reemplazo fue nombrada Celestina, una
hermana menor que se quedó en el establecimiento durante ocho años.
En cierta oportunidad, ella me contó que junto a su hermana María
Luisa le enseñaron fútbol a los changuitos de la escuela, según
reglas que leían en un libro de Romero Brest. Para los partidos armaron
una pelota con trapos y organizaron los equipos con un arquero y los otros diez
niños “que pechen pa´delante...”. No había wines,
ni fullbacks. Lo único que les pedían a los jugadores era que
no se descuidaran, porque la canchita era chica y se podían desbarrancar...