El Chaltén-Río Gallegos, de la montaña al mar
Nos levantamos con Patricia a las 5:30 y decidimos pese a las nubes ir hasta el mirador. Tina estaba entusiasmada y nos acompañó mientras Joan se volvió a su bolsa de dormir.
Llegamos justo para el amanecer que duró muy pocos minutos ya que el horizonte este estaba cubierto salvo una fina franja por donde filtró el Sol algunos minutos tiñendo de naranja las montañas. Como siempre detrás del Torre un manto de nubes avanzaba como una ola y lo terminaba tapando. Despertar a los chicos, desayunar, desarmar la carpa y armar el auto nos llevó hasta las 11. No teníamos apuro ya que iríamos a Río Gallegos, nuestra última etapa para visitar Punta Loyola y Cabo Vírgenes. Aproveché para dejarlo manejar por primera vez en ruta a Gabriel los últimos 150km del viaje, para que se vaya curtiendo en las rutas patagónicas desoladas y ventosas.
Tina y Joan también intentarían irse a dedo hacia Bariloche con idea de visitar la zona y luego la Carretera Austral de Chile. Llegamos a Río Gallegos cerca de las cinco y nos alojamos en el Hotel Sehuen, recomendado en la Dirección de Turismo, un 3 estrellas muy cómodo.
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