Trekking a Laguna Torre, una foto imposible
Por la mañana fuimos a consultar el pronóstico a uno de los pocos locutorios que hay (no hay señal de celular en todo el pueblo). Acá el precio era algo más razonable que en Torres del Paine, $12 pesos la hora, contra $40 en el parque de Chile.
Como coincidía con la Luna llena pensamos ir con Gabriel al día siguiente de tarde, quedarnos a dormir en el campamento De Agostini, e intentar sacar fotos del Cerro Torre iluminado con la luz de la Luna llena a eso de las 23 hs y a las 5 con la Luna poniéndose detrás del macizo del Torre. Para eso debíamos llevar una carpa chica, las dos bolsas de dormir y solamente comida fría para una cena light.
Salimos a las una y media y en 3 hs llegamos al campamento a 10.5 km del pueblo. Comparado con las caminatas del Paine este resultó muy sencillo, en especial el piso con pocas piedras. Armamos la carpa en media hora y nos fuimos a la Laguna Torre. Soplaba un viento muy fuerte y el Cerro Torre apenas era visible detrás de un manto de nubes que “chorreaba” desde los hielos continentales hacia el oeste como un tapado que lo vestía. Gabriel se dedicó a armar unas pircas con piedras para protegernos del viento y previendo la sesión fotográfica nocturna que no pintaba muy prometedora.
Luego de 2 hs en la Laguna nos volvimos al campamento y yo dormí hasta las 21 cuando comimos algo de las barritas y atún y galletitas que llevamos. Nos acostamos a dormir a las nueve y puse el despertador para las once de la noche. A esa hora me acerqué al límite del campamento desde donde se aprecia el Torre pero pese a estar la Luna llena saliendo por el oeste, aquél estaba totalmente cubierto de nubes. Así que volví con la mala noticia y volvimos a dormirnos hasta las 5 de la mañana. A esa hora Gabriel fue a mirar si se podía ver algo pero el manto de nubes era muy espeso, y apenas se adivinaba el brillo de la Luna llena donde lo había previsto que iba a estar a esa hora, algo a la derecha del Cerro Torre. El viento era cada vez más fuerte y hacía mover los árboles con bastante violencia aunque dentro del campamento ni se sentía. Este lugar está a orillas del Rio Fitz Roy que viene de la laguna y llega hasta la entrada del pueblo con un caudal muy importante por lo que durante toda la noche se sentía el torbellino del agua que también tapaba el ruido del viento. Seguimos durmiendo algo frustrados hasta las 9 de la mañana.
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